La Ciudad que nunca Existio de Bilal y Christin, es una otro encuentro con estos dos autores, claves en la historieta fantastica de las últimas tres o cuatro decadas.
Este es el tercero que se hizó dentro de la editorial Pilote en una serie de álbumes titulada "Leyendas de Hoy", en la que daba salida a sus preocupaciones sociales en forma de historias donde mezclaba realidad y fantasía.
"La Ciudad que No Existio" nos adentran dentro del a fantasia en un tono, gris pesimista y hasta cierto punto realista. El álbum que nos ocupa es en su mayor parte una crónica social, pero buscando una cierta utopía o sueño al que la trama nos lleva en forma de ciudad, a la cual la humanidad no acabará de adaptarse.
La trama comienza con la muerte del anciano Hannard, cabeza de un imperio industrial del norte de Francia, Jadencourt, cuya economía se basa en la fábrica de fundición y los talleres de costura propiedad de aquél. Los vecinos y trabajadores viven en el límite de la pobreza, sobreviviendo con penalidades en un entorno gris y asfixiante, dominados y controlados por el viejo, y llevan un mes con una huelga que ha paralizado la fábrica del lugar, algo realmente bastante real.
Su nieta y heredera, Madeleine, se hace cargo del grupo de empresas, pero su sensibilidad es totalmente opuesta a la de su abuelo. No tarda en tomar conciencia de la injusta situación en la que viven los obreros y decide darle un giro radical. Soborna a los principales ejecutivos para que reorienten la producción de sus empresas hacia un nuevo y ambicioso proyecto: una ciudad perfecta y autónoma en la que todos los desafueros y desigualdades quedarán eliminados, donde no habrá lugar para aberraciones ya sean laborales o urbanísticas. Es decir una utopia, el diseño modernista de la ciudad esta claramente inspirada en diseños de estilo gaudinianos.
La nueva ciudad, de innovadora y caprichosa arquitectura, se construye de la nada en mitad de ninguna parte. En su interior protegido por cúpulas cada ciudadano ha recibido aquello que deseaba y de la forma que soñaba: sus huertos, sus negocios, sus talleres… La utopía se ha conseguido. Pero no todos están satisfechos.
Cuando todo el mundo parece feliz, su impulso vital se extingue. Para colmo, la ciudad despierta las envidias de los vecinos que entran a hurtadillas a robar, por lo que se hace necesario establecer una milicia que patrulle por los alrededores. La ciudad perfecta comienza a parecerse a una gran cárcel en la que no es fácil entrar, pero de la que tampoco resulta sencillo salir.
Pierre Christin, demuestra al igual que hizo en Valerian que es uno de los guionistas más interesantes de la historieta francesa. Su punto de vista nos habla del fracaso de la utopía, pero lo hace de una forma inteligente y sutil, haciendo que todo el mundo quede reflejado de forma clara,concisa y creible.
En el aspecto gráfico, Bilal realiza un excelente trabajo en la plasmación de atmósferas: Jadencourt es un pueblo de calles oscuras dominadas por edificios de ladrillos oscurecidos por el hollín, de cielos pardos y tristes; la mansión del viejo Hannard es agresivamente reaccionaria.... El talento de Bilal, en uno de sus primeros trabajos es sencillamente genial.
Un trabajo francamente interesante y por el que el tiempo no parece haberle hecho mella.
Xonxoworld.
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