En esta octava entrega de esta recopilación de las aventuras marvelitas de Conan, nos reencontramos con Conan y con la intrépida Red Sonja. Las aventuras del cimerio que nos traen los incombustibles Roy Thomas y John Buscema son algo más canónicas, en lo que entendemos que es la mejor etapa del personaje por antonomasia del género de espada y brujería.
Entre las seis historias que comportan este volumen, la más destacable es la que protagoniza la portado del tomo. Una aventura que, además, presenta la imagen más icónica de la heroína con su poco funcional atuendo, que hemos de recordar que fue obra del genial Esteban Maroto, del que tenemos una lamina en las páginas centrales del tomo.
En el tomo tenemos una historia de la mítica "The Savage Sword of Conan", en esta historieta, que no es en color, tenemos una aventura que comparten los dos guerreros y que desembocará en Torre de sangre.
En líneas generales estamos ante un tomo francamente divertido, con cuatro aventuras completas que pueden leerse de manera autónoma, en la que tenemos a un Conan que se ve involucrado en la aventura del momento de forma accidental normalmente. En resumen al igual que Red Sonja va de un lado para otro y de aventura en aventura sin un aparente objetivo, algo que dota a la serie de mucha frescura.
De los relatos aquí recogidos, quizá ¡La noche de la gárgola! creo que cuenta con una buena historia y un monstruo poco común en el universo de Conan, algo que dota de variabilidad al elenco de enemigos del expeditivo bárbaro. De las otras aventuras La última balada de Laza-Lanti y el ¡El jardín de la muerte y la vida! son dos aventuras que funcionan francamente bien, en concreto la segunda tiene un final digno de una historia de la twilight Zone.
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